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19 de julio: Centenario del nacimiento de René Voillaume
El pasado 19 de julio, René Voillaume habría cumplido cien años. Había nacido el 19 de julio de 1905. En estos días de aniversarios, he aquí un pequeño texto suyo:
“Seguir a Jesús por los caminos, es también ser conducido progresivamente por él, a través de las predicciones de la cruz, de muerte, de sufrimientos, hasta la participación real en la obra del Salvador. Jesús fue tan paciente con los apóstoles: también lo será con nosotros. Seamos pacientes con nosotros mismos y no nos desanimemos. “Adonde yo voy vosotros no podéis seguirme ahora; me seguiréis más tarde”. Ahí está nuestra vocación de ir allá adonde Jesús está: “Sin mí no podéis hacer nada... ¡pero para Dios todo es posible! Tenemos que creerlo. Y luego, hay múltiples moradas en el Reino de Jesús. Yo creo que hay tantas como hombres salvados, y cada Hermanito tiene la suya. Quiero decir que la realización de nuestra vocación por el Espíritu Santo, con la ayuda de sus dones, no es exactamente lo mismo para cada uno.
... Según los temperamentos y las vocaciones, Dios hace una obra única y muy personal en cada alma: pero siempre habrá en cada uno un rasgo, subrayado por el Espíritu Santo, y que uno de ellos formará un conjunto que constituirá la fisonomía de un Hermanito, según el ideal que Dios nos propone a través del hermano Carlos de Jesús. Unos estarán conducidos por un camino de humildad, otros por el camino del dolor compartiendo las cruces (¡y ese compartir puede revestir tantas formas diversas!), otros por un camino de adoración. En los comienzos más indeterminado, el camino se personaliza cuando comienza la ascensión a la montaña y cuando la aridez se hace dominante: entonces es cuando uno descubre su poca fe porque las dificultades del camino y la debilidad de aquél que tiene que seguirle se presentan como insuperables... Nada más normal, pero nuestro esfuerzo tiene que hacerse entonces más humilde y al mismo tiempo más total, comprometiéndonos totalmente...” (Roubaix, 24 de junio 1958: LAF II, p. 219)