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de Ivan – Vivir ‘Nazaret’ en la diversidad (Capítulo de Bangalore)

El Capítulo de la Fraternidad se reúne cada 6 años. Una veintena de delegados de las regiones y la Fraternidad General se encuentran durante un mes. ¿Cuál es el fin? : reunir, compartir la vida de las fraternidades dispersas por el mundo y buscar orientaciones para vivir mejor nuestra vocación de Hermanos de Jesús hoy.

Vista de la Asamblea general del Capítulo de Bangalore (India)

Asamblea General: Capítulo Bangalore

El último Capítulo tuvo lugar en Octubre del 2008 en una casa de formación que los Redentoristas tienen en Bangalore (ciudad del sur de la India.

Resumir un mes de intercambio tanto en grupos como en la Asamblea General es difícil, pero voy a tratar de mostrar lo más importante:

Hay un momento importante en un Capítulo: la elección de los hermanos de la Fraternidad general, o sea el Prior y sus asistentes. Fueron elegidos Hervé como Prior, Josemari, Francesco y Stanko como asistentes. Los cuatro son de origen europeo… ¿Falta de apertura? “Para formar el nuevo equipo de la Fraternidad general, hemos tenido a menudo la impresión que ‘para construir nuestra torre’ teníamos que robar piedras de edificios frágiles”, escribieron los hermanos a todas las fraternidades. En el curso de los intercambios, se fue haciendo poco a poco claro que en Asia, en África, en América Latina tenemos pequeños grupos de hermanos ‘del país’ que viven nuestra vocación con los diferentes colores de sus culturas. A veces son situaciones frágiles, pero llenas de vida. Al final los capitulantes decidieron favorecer y proteger esta vida que existe (en los intercambios por grupos geográficos, se pidió explícitamente que fuéramos en esta dirección) para no debilitar a las fraternidades de esas regiones. De ahí la composición de esta Fraternidad general que tendrá como tarea el fortalecer los lazos inter-regionales. Agradecemos mucho a los cuatro hermanos que hayan aceptado este servicio que implica el “renunciar a lo que tenían” y a las fraternidades y regiones que los han dejado partir. Se mostró un especial agradecimiento a los hermanos de la Fraternidad general saliente por los años de servicio que nos han prestado.

 

Nueva fraternidad General:

Stanko, Josemari, Francesco y Hervé

 

 

Fraternidad General saliente:

Marc, Francesco, Doménico y Xavier

Una única vocación en contextos muy diferentes

Se consagró un tiempo importante del Capítulo a revisar lo que viven los hermanos en los sitios donde viven. Las noticias que vamos dando en estos boletines ilustran tanto la gran variedad de estas inserciones como la vida cotidiana de los hermanos con sus luces y sus sombras. Las fraternidades son frágiles debido al pequeño número de hermanos (8 hermanos para el conjunto del sub-continente indio)  y de las dificultades que viven habitualmente aquellos con quienes queremos compartir la vida.

Pero, cuántas maravillas en esta fraternidad compartida con los últimos…

En cuanto a su procedencia, “este Capítulo fue el más variado de nuestra historia” señalaba Marc desde la apertura. Variedad que marcará también los intercambios en torno al tema central: “nuestra vida religiosa en el mundo de hoy”. Este tema había sido ya muy trabajado en las regiones y lo que aparece claramente, como fruto de esta preparación, fue una conciencia  más grande y compartida por todos del pluralismo en el interior de una única vocación de Nazaret. El corazón de nuestra vida es el misterio de la Encarnación que nos sitúa, en el seguimiento de Jesús, en una solidaridad con aquellos con los que compartimos la vida. Es ahí donde leemos los signos del Reino expresados en una oración de acción de gracias y compartimos las dificultades. Por eso nuestra fragilidad se vuelve súplica. Pero esta vida religiosa hay que inculturarla. Ahí es donde surgen las preguntas, los desafíos. Sobre todo cuando la vida del mundo evoluciona, y no siempre en el buen sentido en lo que concierne a la solidaridad, el reparto de las riquezas, la apertura… Las situaciones son muy diferentes y por eso las respuestas varían cuando hablamos del trabajo, de la miseria, de nuestras relaciones con la Iglesia local. Por eso, al final del Capítulo, no se llegó a un documento definitivo, sino a un texto en el que aparecen resaltadas diferentes preguntas que nos permitirán continuar con el diálogo. Algunas cuestiones tienen que ver con los compromisos de los hermanos en el trabajo o las actividades sociales: ¿qué posibilidad puede haber de un trabajo en un país gangrenado por la violencia, la corrupción o tocado por un desempleo colosal? ¿Qué reacción tener frente a injusticias endémicas? ¿Cómo vivir la solidaridad? Y en esta búsqueda, las respuestas serán diferentes en función de la edad y del origen de los hermanos. Los pobres nos ayudan a conocer a Jesús, pero en ciertas regiones no es fácil encontrar un equilibrio entre nuestra pertenencia al mundo de los pobres y vivir sin nombre y sin influencia, y el hecho de que seamos religiosos; ¿podemos codearnos con la injusticia y callarnos?… Este misterio de Nazaret que queremos vivir, esta discreción desconcertante de Dios, se realizará también de una forma diferente en una sociedad secularizada o en un contexto muy religioso.

Más que aportar respuestas, los hermanos del Capítulo han reunido cuestiones con una preocupación: el porvenir, los más jóvenes. Que ellos puedan encontrar, también, en la Fraternidad, un camino de vida imaginando nuevas pistas.

El Capítulo tomó también su tiempo para reflexionar sobre nuestras relaciones con los Hermanos del Evangelio; su Prior, Joji, participó en el conjunto del Capítulo. Las dos fraternidades generales nos habían propuesto “hacer camino juntos”, es decir reflexionar seriamente sobre un mayor acercamiento. De nuevo las situaciones son diversas: en Japón por ejemplo hay una fraternidad mixta. Todos nos sentimos implicados en esta reflexión que nos obliga a profundizar en lo que es esencial y común a nuestras vocaciones; de ahí la propuesta unánime de proseguir esta reflexión desde la base, en las regiones, respetando nuestros carismas respectivos. Los regionales de las dos congregaciones harán de nuevo balance en 2011.

Otros temas fueron objeto de intercambios y propuestas: cómo darnos a conocer para suscitar vocaciones, cómo mejorar la comunicación (en la pluralidad de lenguas…). Se trató también el tema de la formación, incluyendo el cómo prepararse y vivir el paso a la jubilación; la intensificación de las relaciones entre las regiones es importante en este aspecto de la formación, para responder mejor a las expectativas de los jóvenes. Los capitulantes dijeron todo lo que deseaban de la nueva Fraternidad general y aprobaron el informe económico.

Rezar con la danza

Un Capítulo es algo más que un largo “intercambio de ideas”, es sobre todo un tiempo de comunión, de compartir fraterno. Para una pequeña congregación cuyos miembros están dispersos por el mundo entero, un encuentro así es la ocasión de reforzar los lazos. Y que este Capítulo tuviese lugar en la India fue muy oportuno. La inmersión, incluso parcial, puntual, en las realidades de la India del Sur no podía dejar de colorear nuestros encuentros. La riqueza de la acogida, de las expresiones culturales y de culto –que han aportado luz y belleza a nuestras celebraciones- deslumbraron a los hermanos. Rezar con las flores, las danzas, los símbolos sacados de las tradiciones indias, fue para muchos un bello descubrimiento. Los hermanos de Bangalore, es verdad, se superaron en preparar un encuentro magnífico. Organizaron también encuentros (con las Hermanitas de Jesús de la India, con el obispo de Bangalore, con un abogado amigo de los hermanos que vino con un grupo de ‘dalits’ (fuera de casta) a contarnos lo que viven, con un sacerdote muy comprometido en la vida social, con un artista pintor…). Añadid dos días de paseo, con una gran acogida en Alampundi, (fraternidad de la que se habló en el último número del boletín y en el primer artículo de éste)

En las calles de Bangalore hay máquinas que funcionan a manivela, se usan para exprimir la caña de azúcar y sacar un zumo delicioso, zumo que se puede incluso mejorar con unas gotas de limón. Es lo que hicieron los hermanos reunidos en Capítulo con todo el material recogido para su preparación en las regiones y a nivel continental, con esas cañas frágiles que son las fraternidades.