Vivir como Jesús de Nazaret,
así se consoló tu corazón.
Viviste compartiendo con los demás tu fe,
hermano Carlos de Foucauld.
Alcanzaste entender tu vocación
imitando la vida de Jesús de Nazaret.
Esto se tradujo en la contemplación
enraizada en la vida del pobre y su quehacer.

Es el Amor, es el amor...
lo que tengo hoy que recoger en mí.
Y junto a los demás, como en Nazaret,
vivir junto a ellos perdido en Dios.
 Es el Amor, es el amor...
lo que tengo hoy que recoger en mí.
Y junto a las demás, como en Nazaret,
vivir junto a ellas perdido en Dios.

El ejemplo de profunda inculturación
nos diste con tu vida y tu espiritualidad;
ser monje-misionero, tu lema de oración,
que lleva el Evangelio empezado de verdad.
Fue ella tu Tabor, tu Betania y Nazaret,
que abrieron horizontes de esperanza, amor y fe;
ser hermanos y hermanas.
Hoy quieren continuar tu legado,
tu memoria y tu espiritualidad.

Es el Amor, es el amor...
lo que tengo hoy que recoger en mí.
Y junto a los demás, como en Nazaret,
vivir junto a ellos perdido en Dios.
 Es el Amor, es el amor...
lo que tengo hoy que recoger en mí.
Y junto a las demás, como en Nazaret,
vivir junto a ellas perdido en Dios.