CARLOS DE FOUCAULD PARA CRUZAR LA CRISIS Del 17 al 22 de septiembre de este año 2012 nos reunimos en la Casa de Oración del Desierto de la Paz nueve personas acompañadas por Antonio Sicilia. Partimos de la realidad que estamos viviendo a nivel nacional y mundial marcada por la injusticia, prepotencia e hipocresía del sistema capitalista neoliberal, en donde dos terceras partes de la humanidad pasan hambre y en donde el Mercado se ha constituido en un nuevo ídolo, señor del mundo. Vivimos bajo un sistema idolátrico. El primer día nos adentramos en el conocimiento de la biografía del Hermano Carlos, según Antoine Chatelard. Carlos de Foucauld aparece como un hombre inquieto, aventurero y buscador permanente a lo largo de toda su vida. De militar a seguidor incansable de Jesús, siempre caminante hacia donde le empuja el Espíritu. Su identidad: ser monje-hermano de todos, hermano universal, apasionado de Jesús, viviendo entre los pobres de la tierra y abandonado en las manos del Padre. Se hizo énfasis en cuatro aspectos de la vida del Hermano Carlos: 1. El grito del Hermano Carlos: ¡Volvamos al Evangelio! Imitar y seguir a Jesús según el Evangelio fue su pasión. Volvamos al Evangelio, a la Pobreza, a la Sencillez es una llamada urgente, apremiante, Profética para nosotros, hoy. 2. Nazaret, que es una forma de ser, de estar y de actuar. Ser como Jesús. El Hermano Carlos nos enseña que la vida de Nazaret puede llevarse en todas partes, allí donde sea más útil al prójimo. Nazaret es escuela de maduración humana. Lo divino se realiza en lo humano. Contemplativo en la acción y en la relación. Nazaret es vaciarse de uno mismo y de cosas, para que Dios lo llene todo. Carlos de Foucauld nos enseña que no está la santidad en el qué hacer sino en el cómo se hace y por qué se hacen las cosas. En ser más que en hacer. Ser Evangelio viviente. 3. Ocupar el último lugar entre los últimos. El lugar de los pobres es lugar teológico donde Dios nos habla. De ahí su encarnación en la vida de los pobres. Carlos de Foucauld supo hacer la síntesis y pasar del último lugar al lugar de los últimos. Desde ellos promueve una evangelización integral. 4. La Eucaristía, presencia viva de Jesús entre los pobres. Jesús parte y comparte su vida por amor. Gran Don entre nosotros, la Eucaristía y hacerlo todo por El es la respuesta a este Amor. Al Amor Absoluto se responde con un amor absoluto, también. Rasgos, a modo de síntesis, de la espiritualidad de Carlos de Foucauld: *Búsqueda itinerante de la voluntad de Dios. Siempre inconforme con lo que hace. Siempre hay algo más. Su espíritu de explorador le hace ser ahora un buscador de nuevos horizontes espirituales. *Amor apasionado por Jesús y opción de vivir pobre como él entre los más pobres de la tierra. Jesús modelo y guía de su vida. *El desierto, como lugar de purificación, de silencio, soledad y encuentro con Dios. *Nazaret, ser como Jesús. Trabajar como Jesús. Amar como Jesús. Servir como Jesús. Nazaret está en cualquier lugar del mundo. Vida oculta de Jesús. El último lugar. *Conexión entre contemplación y compasión. *Fraternidad universal. De ermitaño pasó a compañero y después a hermano. Ser cristiano es ser hermano de todos los hombres y mujeres, creyentes o no creyentes, cristianos, musulmanes o judíos, a la manera de Jesús. Ser hermano en lo concreto, en la vida ordinaria. * Unión entre mística y profecía. Estar con Jesús es estar con la gente. Contemplativo entre los pobres. Denuncia con fuerza profética la injusticia de la esclavitud. * Agradecimiento por todo a Dios y a las personas. Agradecimiento que arranca de la experiencia de ser amado de Dios. *Disponibilidad, confianza plena y abandono total en las manos del Padre, Dios de amor. La oración del abandono tiene una dimensión profética: Que tu voluntad, tu Reino, se cumpla en todas tus criaturas, en la historia humana.
Carlos de Foucauld es un profeta silencioso que, con el testimonio de su vida, llama a la Iglesia a una conversión profunda al Evangelio, así como lo fue Francisco de Asís en la Edad Media. |