Inicio > Familia > Frat. Secular > H. Informativa > 202 > Benediktbeuern > No deseo nada más

Inicio > Familia espiritual > Fraternidad Secular > Benediktbeuern 2003 > No deseo nada más, Dios mío

Inicio > Documentos > Abandono > Qué tu voluntad... > No deseo nada más, Dios mío

Reflexiones sobre la oración del abandono

Benediktbeuern, Alemania agosto de 2003

 

8.- No deseo nada más. Dios mío, (Marianne Bonzelet)

El deseo ardiente y la voluntad de Dios

La palabra "Sehnsucht", que utiliza la versión alemana de la oración del hermano Carlos, expresa la noción que a mi manera de entender rio existe en otras lenguas europeas. La palabra "sehnsucht" está formada por "sehnen", es decir, aspirar a algo, y por "Sucht", o sea, pasión crónica. Me vuelvo dependiente de mi búsqueda y me tiene cogida, mi vida está dominada por ella. Y sigue: " no deseo nada más. Dios mío", que realza el absoluto de la fuerza del deseo. El "nada más" significa no más nada que no sea la voluntad de Dios, ya que ésta es muy importante en nuestra vida. Es el "sólo Dios basta" de Santa Teresa de Ávila, (ver la charla 1). La voluntad de Dios no da la impresión ds ser una carga para el hermano Carlos, sino que aparece como un precioso tesoro, la perla que hay que descubrir. Un pescador de perlas que ignora lo que busca, carece de motivación y de estimulación. Porque es importante conocer a lo que aspiro profundamente. Nelly Sachs (1891-1970), una Joven judía refugiada en Suecia en 1940 y premio Nobel de literatura en 1966 escribió: "Todo empieza por mi aspiración profunda".

MÍ motivación profunda tiene que ver con la visión que tengo de mi vida y es al mismo tiempo el motor y la fuerza que me hace avanzar y que me empuja a buscar sin descanso las posibilidades que me permiten realizar aquello a lo que aspiro. Mi deseo interior me empuja a permanecer en la búsqueda hasta el final cuando alcance todas mis aspiraciones.

El deseo de Carlos de Foucauld de encontrar una vida llena de sentido con Dios le llevó a poner en movimiento todas las fuerzas de que disponía. "¡Dios mío, si existes, haz que te pueda reconocer!". Mientras rezaba de esta forma no podía imaginar qué sería de su vida. Pero para él estaba claro: "Desde el momento en que creí que existía, supe que no podía vivir más que para él." Sus superiores, sobre todo el padre Huvelin se preocupaban y les asustaba mucho esta excitación espiritual, ante esta búsqueda de lo mejor, para conmover el alma.

Ser compañero de Dios en su plan de salvación

Conocer mi aspiración profunda es saber qué me mueve dentro de mi y confiar en mi voz interior. Algunas personas no han aprendido todavía a confiar en su voz interior. Se diría que todavía son niños, y que los niños no tienen que desear nada; este fue una norma de educación, pero me parece que no cuenta para Dios. Dios busca seres humanos que colaboren en su plan de salvación y que creen un futuro lleno de vida para cada hombre. Pero Dios no nos quiere ver como marionetas sis voluntad; no toma posesión de nosotros sino que espera una respuesta de nuestra parte. San Agustín: "El hombre es el deseo profundo de Dios").

Cuando Dios se dirige al hombre, todo depende de la respuesta del hombre, de su eco a la propuesta divina. En una charla anterior hemos hablado de la interacción de Dios con el hombre.

Tres aspectos que vienen de Dios corresponden a tres aspectos que proceden del hombre:

Dios:   don                            petición                    Hombre:                 aceptación

promesa                    contiene                                                   esperanza

petición                      espera                                               una respuesta de amor

Cuando el hermano Carlos rezaba así: "Dios mío, si existes, haz que te reconozca", lo hacía con una actitud de estar dispuesto a todo, de aceptarlo todo, con tal de encontrar sentido a su vida. Un deseo sin medida se adueñó de él, al que no quiso ni pudo resistir. Era el deseo profundo de su corazón.

Escucha tu voz interior - confía en tu deseo profundo

Fue una senda dolorosa la que llevó al hermano Carlos a encontrar su deseo profundo. Su vida estaba muy complicada y él se encontraba asqueado. Las orgías suntuosas con sus compañeros, su vida de derroche y escándalo TÍO podía satisfacer sus auténticas necesidades. Su olfato le .decía claramente que no podía seguir llevando esta clase de vida. No intentó escapar del no sentido y del dolor de su vida. En el fondo de su tristeza nació el deseo de abrirse a otra cosa. Siguió su deseo profundo y se puso en camino. Se trata posiblemente de uno de los momentos más decisivos de la vida de Carlos de Foucauld, es decir, donde escuchó su voz interior y se puso en camino. ¡No fue nada fácil!

El encuentro con un Islam religioso, la bondad de su prima y su búsqueda incesante hicieron descubrir a Carlos de Foucauld el Dios que había olvidado desde su infancia. Su búsqueda meticulosa le llevará a comprometerse por amor a Dios. Esta decisión fundamental no le hará dudar más. No quiere decir que no tuviera dudas, sino lo contrario, siguió siendo un buscador, dispuesto a dejarse mover por Dios, con el que mantuvo un diálogo vivo. Sus escritos dan testimonio de su presencia en Dios de forma impresionante, y de su experiencia de la presencia de Dios en su vida. Su deseo de servir al pobre niño de Nazaret le empujará a ir más lejos: dejará a los trapistas para ir a Nazaret y luego al desierto.

Para poder seguir mi intuición profunda y confiar en mi voz interior, primero tengo que percibir y luego tengo que aprender a escuchar. Un retiro en silencio puede ser muy útil, (ver el día de desierto).

En el silencio puedo ponerme al nivel del joven Samuel y decir: "¡Habla, Señor, tu servidor / tu servidora te escucha!" A menudo, nuestra conversación se queda en este punto: "¡Escucha, Señor, tu servidor / tu servidora habla!"                              .

Cuando llego a escuchar mi voz profunda y me siento llamado, estoy dispuesto a decir: "no deseo nada más, Dios mío", y a dedicar todas mis fuerzas en este sentido.

Los apoyos durante el camino

El deseo profundo es una especie de "timón interior" que tiene que ser depurado por el Evangelio para tener la certeza de no correr tras una (fata - morgana) quimera.

Mi deseo profundo tiene que estar vinculado a la voluntad de Dios.

Carlos de Foucauld utiliza el Evangelio como un espejo. Escoge a Jesús como modelo único para estar seguro de seguirle a El y no a una idea. Se deja conducir por Dios en un camino de clarificación y de purificación y poder llegar a ser un poco más apto para regir su motivación profunda. El hermano Carlos estuvo convencido que Dios le indicaría Su voluntad a través de los acontecimientos y de la intervención de su confesor y de su obispo. Su motivación profunda creció en el camino que Dios le conducía, pero nunca fue fácil. Carlos confió en la fidelidad de Dios. Lo que creía que era justo se convirtió en un deber y actuó en consecuencia. Su decisión procedía del interior, la obligación no venía impuesta desde el exterior.

Para muchos de nosotros Carlos de Foucauld es un santo desde hace tiempo. Pero es posible que no desee que le miremos mucho. El que lo ha escogido .como guía espiritual se da cuenta de que Carlos de Foucauld Nos conduce a Jesús, el modelo único. Esta actitud es un estímulo y un desafío para cada uno de búsqueda y seguimiento de su propio camino. Dios no desea copias porque nos ha creado "únicos". Cada uno posee su manera personal de hacer brillar el amor de Dios en el mundo y colaborar en el plan de salvación.

Foucauld dice: "'Miremos a los santos, pero no nos quedemos en la admiración; miremos con ellos a Aquél que llenó su vida, aceptemos su ejemplo sin paramos mucho rato y evitemos escoger a uno solo como modelo. Cojamos de cada uno lo que nos inspire más en palabras o en ejemplos, pero sin imitarles, porque es mejor saber imitar a Jesús.

Cita  Bíblica: Mt13,44-46

Preguntas:

1. ¿Cómo podría describir mi motivación profunda, mi visión de vida?

2. ¿Cuál es mi forma de tratar mi voz interior? ¿Cómo la percibo?

3. ¿Qué me ayuda a reconocer mi deseo profundo?

4. ¿Estoy dispuesto o dispuesta a confiar en mi voz profunda y a apostar por esta carta?

5. ¿Cuál es mi respuesta amorosa a la llamada de Dios?