LAS BIENAVENTURANZAS - UN ESTILO DE VIDA

Arturo Paoli (1912 - ) es uno de los primeros seguidores del Hermano Carlos de Foucauld que aun vive. Menos conocido en la Familia espiritual de Carlos de Foucuald que René Voillaume (1903 – 2005), Carlos Carreto (1910 - 1988), o la hermanita Magdeleine (1898 - 1989), Arturo es para muchos de la Fraternidad Laica en Latinoamérica, el “hermano mayor” quien nos orienta para el seguimiento de Jesús de Nazaret. Identificado desde sus inicios con la teología de la liberación y con las luchas del Tercer Mundo, su forma  de pensar dialéctico y provocativo, en base de sus continuas lecturas de los grandes pensadores de la actualidad lo convierte en un referente ineludible para una vida de compromiso laico. No pocos llegamos a la Fraternidad en América Latina gracias a Arturo, y diría que si el continente de las Américas tenemos una fisonomía propia dentro de la Fraternidad Laica es debido también a los aportes teológicos y espirituales que recibimos de este hermano.

El fin de semana de 25-27 de octubre tuve la oportunidad junto a otros amigos argentinos y brasileños de compartir un encuentro-retiro con Arturo en una casa de campo, “Madre Terra”, a pocos kilómetros de Foz de Iguazú, Brasil.

Este viaje tiene su historia. Después de su regreso de Foz a Italia en 2006, Arturo estableció la “Casa Beato Carlos de Foucauld” en S. Martino in Vignale (Lucca) Italia con el apoyo de la asociación Oreundici ( http://www.oreundici.org ) que se dedica a crear espacios para el crecimiento humano y la espiritualidad en Italia y a apoyar proyectos de solidaridad como “Madre Terra” en Brasil.

Varios miembros de su comunidad lo acompañaron desde Italia en esa visita casi de despedida de América Latina, y gracias a sus cuidados y cariño todo pudo desarrollarse con normalidad. Sin duda al encontrarlo después de varios años, nos impresionó al principio su fragilidad que naturalmente corresponde a su edad, pronto a cumplir 97 años. Pero luego en el trato pudimos ver que tiene todas sus facultades intactas. Camina, escucha, lee, escribe y habla en una mezcla de italiano, portugués y castellano pero con la energía de siempre como fue durante la eucaristía del domingo. En la celebración se apasionó al hablar del ideal de la Fraternidad laica y afirmó que es tan importante el compromiso fraterno que muchas personas non creyentes serán acogidas por Dios antes que otras religiosas pero que no se han comprometido con sus hermanos y hermanas. Puedo asegurarles que todos quedamos conmocionados por sus palabras.

Es útil para apreciar su pensamiento recordar algunos capítulos de su vida. Su juventud y sus primeros años como sacerdote en Italia lo marcaron para siempre. Después de recibirse en filosofía (con una formación hegeliana) y en letras ( Dante Aligheri sobre todo), Arturo entró al seminario y durante los últimos años de la II Guerra estuvo como joven sacerdote en su ciudad natal Lucca, involucrado en la resistencia al nazismo. Por haber colaborado en salvar familias judías tuvo que huir de su iglesia y esconderse durante bastante tiempo en el campo, una experiencia que todavía recuerda. Luego de la guerra, se metió de llenó en la iglesia posguerra como asesor de la Acción Católica italiana pero por diferencias con la ortodoxia vaticana se alejó de Roma en 1954, y comenzó una vida de capellán marítimo que lo llevó a Argentina por primera vez. En un viaje conoció al hermanito de Jesús, Juan Saphores (fallecido en Perú hace unos años) y se decidió por la espiritualidad de Carlos de Foucauld. En 1955 hizo su noviciado con los Hermanitos de Jesús en Algeria y comenzó su caminar con los Hermanitos de Evangelio que lo llevó a Argentina (1960-74), Venezuela (1974 – 83), Brasil (1983 – 2006) y ahora Italia. En cada lugar hizo aportes valiosos que están recogidos en diferentes libros. Un constante es que Arturo se acostumbra a escribir en forma de reflexiones sobre textos escogidos de los evangelios como el “Buen Samaritano” , el Evangelio de San Lucas entre otros. Sigue trabajando en Italia y tanto es así que publicó recientemente un libro en español Las Bienaventuranzas - un estilo de Vida (Sal Térrea, Santander 2008. Pp 134). Este texto sorprende por la agudeza de sus reflexiones, su originalidad y sobre todo su actualidad.

El Sermón de la Montaña como ideal En base de nuestras charlas en Foz trataré de dar un resumen de ese mensaje de Arturo Paoli usando y adaptando el texto de ese libro que verdaderamente presenta el ideal de vida que pretendemos seguir en las fraternidades.

El punto de partida de sus charlas es la esterilidad del mundo occidental llamado “desarrollado”. Ese mundo se encuentra tan abocado al consumismo y a los vicios del capitalismo (usa esta palabra como sinónima del sistema neo-liberal) que ignora el sufrimiento que ese sistema produce en la mayoría de los habitantes del mundo al negarle los medios de vida a muchos pueblos. Sus lideres políticos, intelectuales y religiosos al no ver esta realidad, se vuelven insensibles, xenofóbicos, narcisistas, egoístas, y corruptos. En Foz escuchamos historias como, por ejemplo, que en el Mar Mediterráneo los turistas siguen divirtiéndose con sus yates, sus surfing y sus baños de sol, aun ante la proximidad de los cuerpos de africanos ahogados en el vano intento de llegar a las costas europeos. Ese mundo occidental al cerrar los ojos ante tanta muerte y no vida no puede considerarse cristiano por más que afirma todo lo contrario.

Ante esta situación de desesperación por parte de los pobres y de descrédito generalizado en el Occidente, los creyentes tenemos que buscar el verdadero mensaje de Jesús de Nazaret en los evangelios. Y Arturo desde su comunidad “Beato Carlos de Foucauld” se mete de lleno en esta búsqueda. La respuesta la encuentra en el estilo de vida proclamada en las Bienaventuranzas.

¿Quienes son los pobres?

Pobre es aquella persona que está buscando los medios necesarios de vida para sí y su grupo familiar. Se podría enumerar a los sin tierra, los inmigrantes, y todos que no comen ni trabajan. Están además los pobres quienes por sus gritos, lamentos o la silenciosa exposición de sus aflicciones pertenecen a esa multitud excluida a través de la historia quienes son los destinatarios del discurso de Jesús desde aquel día. . Ellos continúan la evolución humana en la línea de exigir compasión y responsabilidad. “La humanidad debe reconocer que el camino a tomar para avanzar hacia la libertad y el amor pasa por el hombre o la mujer sufriente” (Le Pichon Los raíces del hombre: de la muerte al amor) .

¿Y el rico?

En contraposición, el rico es alguien que no participa en el avance de la justicia, ni escucha el grito de los pobres. El rico por su elección política se constituye en obstáculo de los pobres al no querer que se revise el sistema actual que produce la injusticia. Además para Jesús la riqueza, definida como el uso desconsiderado de los bienes, es incompatible con la relación con Dios: ¡La opción es Dios o el dinero! La iniciativa de presentar como modelos a personas que notoriamente y sin escrúpulos han acumulado grandes riquezas constituye una verdadera blasfemia de Dios.

“¡Una pobreza o pseudo pobreza religiosa que no tenga como finalidad el proyecto de una sociedad menos injusta no entra en el Sermón de la Montaña! Estos supuestos “ pobres de espíritu” son criaturas angélicas quienes por su indiferencia al acontecimiento político apoyan una sociedad que precisamente aplasta los pobres a quienes proclaman amar. Un hombre o una mujer que pretende seguir a Jesús no puede estar de acuerdo con la agenda de los poderosos reunidos en Nueva York sino que debe coincidir con los locos reunidos en Porto Alegre para soñar una sociedad nueva. Jesús no es el predicador de una técnica que tiene como objetivo hacer más ágil el cuerpo o más relajada la mente. Jesús quiere un mundo diferente sobre el cual desciendan la justicia y la paz. La hora que suena en el mundo exige que bajemos de la esfera de las ideas donde nos hemos entretenido mientras los lobos ocupan la tierra y la mantiene sometida por la fuerza. Entonces descenderemos allí donde la justicia, la paz y la fraternidad son bienes de los vivientes. Sólo allí pueden hacerse realidad estos bienes. “

La Identidad verdadera del ser humana está en las Bienaventuranzas.

Una espiritualidad auténtica solo puede fundarse sobre la identidad que se alcanza a través de relaciones asumidas con responsabilidad. La justicia, la paz y la pobreza son relaciones concretas, políticas, económicas a través de las cuales una persona realiza su verdadera identidad.

El capitalismo daña a la persona hasta el punto de hacerla incapaz de buscar su verdadera identidad. “La soledad de ciudadano global”(de James Bauman) denuncia este daño como una lesión profunda y la causa de comportamientos irresponsables que aparecen en la esfera afectiva, económica y política. Capitalismo quiere decir que la política está básicamente al servicio de la producción y el consumo para aumentar dinero en beneficio de unos pocos. La verdadera historia, por el contrario, es el devenir del ser humano que se auto-crea ejercitando su capacidad critica y viviendo sus responsabilidades. No se puede reducir la historia humana a las finanzas, al consumismo o al “marketing”.

Reflexionando así llegamos a las tres dimensiones de la vida subrayadas en el Sermón de la Montaña: ser pobre, ser justo/a y ser constructor/a de la paz. Esta es la verdadera identidad del ser humano que debe ser anunciada como la alternativa para nuestra sociedad globalizada. Las Bienaventuranzas no son un elenco de virtudes sino conquistas necesarias para una existencia humana que es libre y solidaria. El sentido verdadero de nuestras vidas es liberarnos de nuestro egoísmo para hacernos capaces de convivir con los demás.

Ser pobre: Ser pobre quiere decir ser libre y ser solidario o solidaria. Significa poseer el gusto de la persona y, por tanto de no confundir una persona con un objeto. Es capaz de tener misericordia ante las necesidades ajenas. Quiere decir sentir la belleza de las cosas, estar liberado /a del impulso consumista para ser capaz de admirar y contemplar la creación. Sólo un pobre como San Francisco puede componer el Cántico de las Criaturas. Es el canto del pobre que se siente acogido en el gran concierto que celebra la alegría de existir.

Ser justo/a : Mas bien diríamos “sedienta de justicia” porque ninguna persona es totalmente justa. Sedienta quiere decir “sentirse siempre inclinada hacia más allá”, llevada siempre afuera de su propio “yo” por la aparición de un rostro que lleva los signos de la injusticia. Es el milagro del dialogo guiado por el amor que es capaz de cuestionarse y de restituir la otra persona a una situación de dignidad tanto que puede decir: “Tú me has tratado como persona”.

Ser constructor/a de la Paz: Vivimos en un mundo donde hay guerras en cada continente, Irak, Afganistán, Chechenia, Media Oriente, Colombia, Africa y Asia y con participación de beligerantes de todos los continentes. El proyecto “globalización neo liberal” es en el fondo un proyecto de guerra que ha sustituido a las ideologías. El absolutismo económico es el producto de una “generación adultera y perversa”; “adultera” porque ha desplazado la política de las tareas necesarias para satisfacer necesidades básicas hasta ponerla al servicio del consumo ; “perversa” porque la consecuencia es que se roba lo necesario para vivir de la mayor parte de la humanidad para poner la humanidad entera en un estado de guerra. La posición de Jesús y de sus seguidores debe ser difundir “el hambre y sed de justicia y paz” como una verdadera necesidad de la humanidad. Si anticipamos así la llegada de un tiempo de justicia y paz, empezaremos a realizarlo en la sociedad. Desear profundamente la paz en todos los espacios de la vida es la condición para trabajar por la paz.

Un texto final:

“Como apasionado del Evangelio descubro una vez más su modernidad que se renueva en todas las épocas. Jesús confío la relación de fe en Dios a la responsabilidad concreta hacia quienes tienen hambre, están desnudos y excluidos. Y Jesús confía estas miserias al Espíritu Santo para que sus seguidores seamos capaces de repensarlas en el tiempo y de tomar las decisiones necesarias. Así, el hombre y la mujer creyente encontrarán el sentido de la contemplación, de la oración y de su relación personal con Dios que es Amor. Y el hombre y la mujer non creyente pueden hallarse en esa misma pista en un encuentro real con nosotros. Este es el misterio ante el cual debemos callarnos. En esta época el ser humano hace la guerra o construye la paz. Esta es el fondo de la opción ante la cual se encuentra todo ser vivo hoy en día”.

¡Gracias Arturo por tu mensaje!

Patricio Rice

Miembro Equipo de Coordinación de las Ameritas

Fraternidad Laica Carlos de Foucauld