Fraternidad Secular Carlos de Foucauld

 

Carta de Bienvenida

La Fraternidad Secular Carlos de Foucauld nace en Lyon (Francia) en 1952. Actualmente está extendida en treinta y cinco países, siendo el número de sus miembros de, aproximadamente, cinco mil. En España somos alrededor de cien personas las que integramos la Fraternidad.

¿Quienes somos? Sencillamente somos seglares de condición y de vocación. Identificados con el mensaje del Hno. Carlos para el servicio a la Iglesia y a la sociedad en la que vivimos. Con unas señas de identidad claramente diferenciadas y características propias. Unidos al resto de las "familias" por el vínculo de una misma espiritualidad que posibilita, desde nuestra condición de seglar en el mundo, ser como dice Carlos de Foucauld "un grito de evangelio"... no tanto por la palabra , sino por la vida.

La Fraternidad Secular agrupa hombres y mujeres de todas razas, medios sociales y estados de vida, que siguiendo a Carlos de Foucauld, quieren ayudarse para seguir a Jesús y vivir el Evangelio.

Siguiendo la intuición original del Hno. Carlos, los miembros de la Fraternidad Secular estamos llamados a vivir el misterio de Nazaret, que es para nosotros:

Acogida y búsqueda constante del Hijo de Dios, que se ha encarnado y se ha hecho "el hijo del carpintero".

Búsqueda de comunión y de amistad universal con las Iglesias, las religiones y pueblos de la Tierra.

Solidaridad con los pobres, presencia viva de Cristo en medio del mundo.

Los "pilares" en que nos apoyamos para vivir esta espiritualidad son:

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Jesús en Nazaret.

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Jesús en el desierto.

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La oración-adoración en la fraternidad.

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Retiros y revisión de vida.

 

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Jesús : Obrero evangélico.

 

JESÚS EN NAZARET

Pasar sin detenerse junto a estos treinta años de silencio sería cortar a la vida de Jesús sus raíces e ignorar la savia que lo alimentaba. Un aspecto fundamental es que seamos testigos que afirmen su fe por medio de sus vidas.

JESÚS EN EL DESIERTO

La oración -adoración en la fraternidad-. Este llamamiento a adorar a Dios en la Eucaristía, en nombre de todos los hombres, entra de lleno en la espiritualidad de nuestro Hno. Carlos, que quiso amar a todos con amor universal. Hemos de disponer cierto tiempo para la oración. El tiempo dedicado a la oración dependerá de la llamada interior de Dios y de nuestro tiempo cotidiano.

Los retiros y la revisión de vida. La finalidad de estos encuentros es triple, orar y adorar juntos, aprender a conocer mejor a Cristo y su evangelio para mejor vivir la fe, profundizar en nuestro mutuo conocimiento y fraternal ayuda.

A una verdadera conversión del corazón, sobre todo mediante la revisión de vida, que nos interroga a la luz del Evangelio, en cuanto a nuestros compromisos sociales, familiares, profesionales, eclesiales y políticos.

A un verdadero compartir que supone una renuncia a los privilegios, al tiempo que nos ofrece la posibilidad privilegiada de devolver al otro lo que es suyo.

JESÚS: OBRERO EVANGÉLICO

Nosotros venimos de la "cultura del trabajo". Y esto, que era signo de identificación con los pobres hace unos años, es algo que tenemos como reto hoy. Vivir en una sociedad que genera masivamente pobres nos obliga a cuestionarnos nuestro "estar" ahí. Por eso, nuestros compromisos son cambiantes , pero animados siempre desde la sencillez, desde ese rechazo del consumir por consumir, compartiendo los sufrimientos, angustias y esperanzas de los hombres y mujeres de hoy y buscando, con ellos, la forma de liberarnos colectivamente y reconociendo en cada hombre o mujer un/a hermano/a, con amor de predilección por quienes más sufren, intentando vivir así la Solidaridad (en tanto que compasión, reconocimiento y universalidad), y descubrir la presencia de Dios en nuestras vidas y en las de aquellos con quienes vivimos, trabajamos, compartimos esperanzas...

Por nuestra vida en Fraternidad estamos llamados:

A hacernos cargo mutuamente unos de otros, en una amistad fuerte, hecha de afecto y de exigencia , acogiendo al otro tal como es.

La Fraternidad debe tomar una postura clara cuando un hombre sea herido en su dignidad por cualquier forma de opresión, sin imponer un compromiso concreto que fuera obligadamente el mismo para todos los miembros.

La persona del Hno. Carlos debe constituir siempre una fuente de renovación para las fraternidades. El conocimiento de su vida, sus escritos y su camino espiritual, son medios para mantenernos fieles a las llamadas del Señor y vivir hoy las exigencias del Evangelio. Y todo ello desde el momento concreto de nuestra historia, personal y colectiva.

Esto nos obliga a intensificar los contactos con las demás familias de Foucauld, a fin de hacer una búsqueda colectiva.

Y, fundamentalmente, como cristianos laicos que somos, se nos impone profundizar en nuestra espiritualidad bautismal y exigir nuestro puesto en la Iglesia.