Desde la Fraternidad de la Paz (Argentina)

    Queridos hermanos:

Queremos compartir con ustedes cómo desde este rinconcito de Argentina, en la provincia de Córdoba, vivimos la hermosa gracia de la Beatificación del Hno. Carlos.

    Somos una pequeña fraternidad de consagradas y matrimonios, que durante todo este año estuvimos ahondando en su espiritualidad y preparándonos para abrir el corazón y renovarnos en el seguimiento del Señor Jesús en la huella de Nazaret. Vivimos nuestra fraternidad en pequeñas comunidades de vida, y a cada una le tocó preparar distintos momentos de oración, para la vigilia que nos propusimos realizar desde el sábado 12, y distintos afiches con la vida del Hno. Carlos, las familias que siguen su espiritualidad, la espiritualidad de Nazaret.

    Desde el sábado nos fuimos congregando y preparando junto a amigos que también se sintieron convocados para compartir el día, vecinos de nuestra comunidad, los matrimonios, las hermanitas que viven en otra comunidad, y en clima de mucha alegría fuimos preparando la capilla, colocando los afiches, organizando todo para comenzar nuestra Vigilia...

    Y así comenzamos la Vigilia..., colocando un cuadro con el rostro del Hno Carlos, ya anciano, pintado por uno de las hermanitas... y a los pies de Jesús Eucaristía fuimos cantando, rezando, gozando, contemplando, en silencio agradecido, y dejando que por nuestros corazones fueran pasando los predilectos de Jesús y de nuestro Padre de Foucauld, los rostros de tantos y tantas que seguimos sus huellas, los que conocemos: hermanitas de Jesús, sacerdotes del clero, matrimonios de la Comunitat de Jesus, y rostros que no conocemos pero con quienes nos sentimos tan unidos...

    En medio de la noche fuimos refrescados por una lluviecita, que tan bien venía para nuestros campos y refrescó la noche...

    Y así amaneció..., casi que nos sentíamos con la Iglesia, los hermanos y hermanas que habrán compartido en Roma el momento de la celebración, aunque en el espíritu, la oraicón y el cariño ¡ALLÍ ESTÁBAMOS!!!

    Pasamos a compartir un desayuno sencillo que nos diera fuerzas para seguir rezando y preparar todo para al Eucaristía.

    Y entre los vecinos que se iban acercando preparamos debajo de un gran algarrobo, la Mesa de la Eucaristía, que no la pudo presidir nuestro Padre y PAstor, Obispo de nuestra Igleisa Diocesana de Cruz del Eje, y por providencia lo hizo un viejo amigo de la fraternidad, que fue testigo de nuestro andar, y en la alegría compartida dejamos que Jesús nos hiciera comunidad, nos regalara la Palabra elegida para esta celebración, compartiendo las vivencias de la noche, y sentíamos que Jesús nos renovaba, nos confirmaba en el camino, nos encendía en nuevas fuerzas, en nueva fraternidad.

    Y como no podía ser de otra manera, se tendío bajo el mismo árbol, la mesa comparitendo lo que cada uno había traído., así sencillamente, con el gozo que nos llenaba, sintiendo también el cansancio felíz de todo lo vivido, seguíamos compartiendo, explicando a los vecinos lo que habíamos querido plasmar en esos simples afiches, compartiendo la vida, el espíritu de este hombre que se hacía fecundo en tantas vidas que se encendieron en esta luz que Jesús regaló a los hombres en un tiempo, en un espacio...

    Y por él, hoy también nos sentimos parte de esta gran familia que quiere seguir optando por Jesús de Nazaret, optar por los pequeños, los marginados, los que no pueden, no tienen, no saben, los que claman por la paz, los sedientos de amor, de cercanía, de amistad...

    Gracias por acercarnos a los que nos animan a seguir andando en esta huella, y comprometemos nuestra oración por cada familia del Hno Carlos.

    Y que la gracia de su beatificación nos renueve en la entrega y la presencia silenciosa, amiga, comprometida al lado de nuestros hermanos y hermanas de los pueblos, lugares en donde vamos haciendo el camino...

En Jesús de Nazaret

                            Fraternidad de la Paz