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Extractos de los escritos del hermano Carlos

HERMANO UNIVERSAL

“Ruegue a Dios para que yo sea realmente el hermano de todos”.

(Carta a Henry de Castries, 29 noviembre 1901)

 Carlos de Foucauld con unas de sus visitasCarlos de Foucauld con unas de sus visitas

 

Tenemos un Padre común que desea la unidad entre todos sus hijos: todos hermanos.

"Todos los hombres forman una gran familia; todos son hermanos, Dios es el Padre común: todos deben tener entre sí los pensamientos, las palabras y las obras que un buen padre quiere que tengan sus hijos entre sí.” (Meditaciones sobre los Salmos)

 

 Deseando ser el hermano de todos, Carlos de Foucauld ejerce una caridad fraterna y “universal”. Comparte hasta el último bocado de pan con todo huésped que se presente en su casa.

“… Ruegue usted a Dios para que yo sea realmente el hermano de todas las almas de este país” (Carta a Henry de Castries, 29 noviembre 1901)

 

 “Recibiendo a todo ser humano como a un hermano muy querido”. (Carta a Henry de Castries, 23 enero 1901)

 

Le gusta que llamen a su casa “khaoua”, fraternidad:

“Quiero habituar a todos los habitantes, cristianos, musulmanes, judíos y no creyentes – se acostumbren a verme como su hermano, el hermano universal.” (Carta a la Sra. de Bondy, 7 enero 1902)

 

El hermano acoge con ternura y delicadeza:

“Tener para con todos bondad y afecto fraternal, sirviéndoles en todo lo posible, entrando en contacto afectuoso, siendo un tierno hermano para todos”.

(Diario, 22 de julio 1903)

 

“¡Con qué ternura debemos acoger a todo ser humano, sea quien sea!”.

(Meditación 52ª, Nazaret 1898)

 

Denunciar las injusticias forma parte del deber de un verdadero hermano:

Hay que amar la justicia y odiar la iniquidad”, y cuando el gobierno temporal comete una grave injusticia contra aquellos que de cierta manera están a nuestro cargo (soy el único sacerdote de la prefectura a 300 km a la redonda), hay que decirlo (…) no tenemos el derecho de ser “centinelas dormidos”, “perros mudos”, “pastores indiferentes.” (Carta a D. Martín, Beni Abbés, 7 febrero 1902)

 

Amar como un hermano, es también valorar al otro…

“Cuando el buen Dios haga llover, habrá tanta leche como se quiera y mis vecinos me traerán cada día un poco sin aceptar nada a cambio” (Carta a Marie de Bondy 19 enero 1912, Tamanrasset)

 

Situarse humildemente permite entablar amistad

“Vivir solo en este pueblo es bueno; uno tiene acción, aun sin hacer mucho, porque nos hacemos “del país”, nos hacemos accesibles [...] soy monje, no misionero, hecho para el silencio, no para la palabra” (Carta al padre Guérin del 31 de mayo de 1907)

 

En Tamanrasset, Carlos experimenta enfermedad y debilidad: ahora él es el pobre, y los Tuaregs se hacen sus amigos, sus hermanos:

“Los tuaregs han sido muy buenos conmigo mientras he estado enfermo a finales de enero...; me gustaría hacerles algunos regalillos para mostrarles mi amistad a algunos, eso viene bien en este país en el que se es tan pobre, además eso ayuda a cultivar las relaciones y a entrar en contacto” (Carta a Marie de Bondy, 8 marzo 1908, Tamanrasset)

 

Muchos años antes de que lo anuncie el Concilio Vaticano II, la experiencia de la amistad lleva a Carlos a intuir que Dios acompaña a todos en caminos diversos:

“Yo no estoy aquí para convertir a los tuaregs, sino para tratar de comprenderlos. (…) Usted es protestante, Teissere es incrédulo, los tuaregs son musulmanes, yo estoy persuadido que Dios nos acogerá a todos si nos lo merecemos”. (Carta a Marie de Bondy, 25 marzo 1908)

 

Carlos deseó el bien de todos sin excepción, el bien de toda la humanidad, o sea el reino de la Caridad.

La misión de los hermanos del Sagrado Corazón de Jesús, de acuerdo con su nombre, es hacer que reinen Jesús y la caridad” (Reglamento de los hermanitos del Sagrado Corazón, 1901, capítulo 30)

 

El ‘Veni Creator’, en las tres horas principales del día, es el clamor de los hermanos y hermanas exiliados (…) rogando por todos los hombres sin excepción.” (Directorio, art. XI, 1913)

 

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