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Hermano universal

Su apostolado fue el apostolado de la bondad:

acompañando, liberando esclavos, visitando y ayudando.

Pintura de Bernadette LopezPintura de Bernadette Lopez

Dios es nuestro padre y todos somos, hermanos.

Esta buena noticia la vivió Carlos en especial acercándose a los más pobres y abandonados: esclavos, ancianos, enfermos, pobres, niños,

y también a los más diferentes en aquella época: los tuaregs, musulmanes.

A ellos les entregó su vida y su amistad.

 

"Vuestro amor debe crecer, profundizarse y matizarse con delicadeza".

El amor generoso es más fácil de encontrar, pero el amor delicado y respetuoso con cada ser es raro. En cada uno de ellos está el rostro del Señor. ¡Y cómo debió sufrir en su agonía y pasión por nuestra falta de delicadeza y respeto en el amor! Dijo: "Lo que hacéis al más pequeño de los míos, me lo hacéis a mí... Y en la medida en que no lo hicisteis con uno de los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo.” Cuanto más "pequeños" son, más respetuoso y delicado debe ser nuestro amor fraternal.

 Que el Señor os dé cada vez más el amor de estos "pequeños". Por eso vais a los pigmeos, a los habitantes de los barrios bajos... y si hubiera una población aún más abandonada en el mundo, me apresuraría a confiárosla para que la amarais con un amor de predilección."

Hermanita Magdeleine de Jesús

 

Dios invita a los pobres, a los que están lejos de la Iglesia y nos llama con ellos

“Ve a las plazas y a las calles de la ciudad y trae a los pobres, los lisiados, los ciegos y los cojos. Sal a los caminos y cercados y oblígales a entrar hasta que se llene mi casa.” (Lc 14, 21-23)

Dios invita: ¡Qué buena noticia!Dios nos invita con los pobresDios nos invita con los pobres

Sólo entran los pobres: ¡Qué sorpresa!

Nosotros también, hemos sido recogidos como lisiados, y debemos estar en las plazas y en las calles, en los caminos y en las esquinas para invitar al encuentro, como hermanos, como pobres, con los pobres. (…)

¿Por qué con los pobres?

¿Por qué con los que están lejos de la Iglesia?

¡Eso es como el amor, no se puede explicar! ¡Y eso alegra el corazón! Claro está, Dios no excluye a nadie. Pero en el fondo de nuestro corazón sabemos que no se trata solamente de una actitud interior; Dios nos pide un compromiso concreto y realista: Jesús ¿no eligió la vida sencilla de las gentes del pueblo y de los pobres, los pecadores y los excluidos de la comunidad? Sin duda que hay algo de Dios que no se dice más que en un compartir la vida con los pobres, con los que están lejos.”

De un hermano de Jesús

Para profundizar más:

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