Extractos de los escritos del hermano Carlos
iNAZARET - Textos más amplios
El misterio del acercamiento de Dios a la humanidad se simboliza en la vida de Nazaret: el Hijo mismo de Dios, verdadera imagen de Dios sumamente humilde
“Bajó con ellos y vino a Nazaret y les estaba sujeto” (Lc 2, 39). Toda su vida, no hizo más que bajar: bajar encarnándose, bajar haciéndose niño pequeño, bajar obedeciendo, bajar haciéndose pobre, abandonado, exiliado, perseguido, poniéndose siempre en el último lugar: “Cuando os inviten a un banquete, poneos siempre en el último lugar”, es lo que hizo Él desde su entrada en el banquete de la vida hasta su muerte. Jesús vino a Nazaret, el lugar de la vida oculta, de la vida ordinaria, de la vida de familia, de oración, de trabajo, de oscuridad, de virtudes silenciosas, practicadas sin más testigos que Dios, sus prójimos, sus vecinos, testigos de esa vida santa, humilde, bienhechora, oscura, que es la de la mayor parte de los humanos y de la que dio ejemplo durante treinta años...”
(Diario, Tamanrasset, junio 1916.)
El mismo Carlos de Foucauld, nos explica su vivencia al abrazar la vida religiosa como trapense en 1890, ya que prevé que ahí podrá realizar su bendita obsesión de imitar lo más posible a Jesús pobre en Nazaret.
"Yo no me sentía hecho para imitar su vida pública en la predicación; por tanto, debía imitar la vida escondida del humilde y pobre obrero de Nazaret. Me parecía que nada me ofrecía esta vida mejor que la Trapa. … ¿Por qué entré en la Trapa? Por amor, por puro amor... Amo a nuestro Señor Jesucristo, aunque con un corazón que querría amar más y mejor, pero, en fin, le amo, y no puedo soportar llevar una vida distinta a la suya, una vida tranquila y honorable cuando la suya fue la más dura y la más despreciada que haya existido... no quiero recorrer la vida en primera clase mientras que Aquél a quien amo la ha recorrido en la última."
(Carta a Henry de Castries 14 agosto 1901)
Anhela vivamente alcanzar el último lugar como Jesús en Nazaret
"Que sea un buen religioso, lleno de humildad, de pobreza, de obediencia, eso es lo que hay que pedir a Dios para mí, que sea con El un pobre y humilde obrero, viviendo en la fidelidad, el amor, el agradecimiento, la vida más baja, siempre en el último lugar, este querido último lugar que ha sido el de Jesús aquí abajo."
(Carta a D. Martin, 12 septiembre 1892)
Descubriendo las casas de la pobre gente alrededor de la Trapa, en Siria, empieza a pensar que la pobreza de Jesús en Nazaret se podría parecer a la de estas familias.
“Hace unos días me enviaron a rezar a la casa de un pobre indígena católico muerto en la aldea vecina: ¡qué diferencia entre esta casa y nuestras habitaciones! Suspiro por Nazaret”
(Carta a la Sra. Bondy, 10 abril 1894)
Por eso desea una vida religiosa más semejante a la vida de estas familias pobres.
"Mi sed de cambiar mi estado religioso por el de simple familiar, de simple jornalero de cualquier convento se hace cada vez más intensa (...) Son las mismas aspiraciones, pero cada día más fuertes. Cada día veo más claro que aquí no estoy en mi sitio, cada día deseo más precipitarme en el último abajamiento, siguiendo a Nuestro Señor."
(Carta a la Sra. Bondy, 19 marzo 1896)
Después de siete años de vida religiosa y tres de espera, obtiene la dispensa de sus votos y el permiso del P. Huvelin para emprender una nueva y santa aventura hacia la configuración con Jesús de Nazaret que incesantemente busca.
"El 23 de enero de 1897, el reverendísimo Padre General declara que la voluntad de Dios es que fuera de la Trapa yo siga esa atracción creciente hacia la vida de abyección, de humilde trabajo, de oscuridad profunda, de la cual tengo la visión hace tanto tiempo."
(Notas de un Retiro en 1897)
Carlos de Foucauld se traslada a Tierra Santa donde va a permanecer varios años, sin ninguna otra motivación que vivir por fin el ardiente deseo que Dios le había regalado:
"Obtuve permiso del General de la Orden para ir solo a Nazaret y vivir oculto como obrero de mi trabajo cotidiano; estuve allí más de cuatro años, en un retiro, en soledad, un recogimiento bendito, gozando de aquella pobreza y aquel abajamiento que Dios me había hecho desear tan ardientemente para imitarlo … Mi salida para Tierra Santa. La peregrinación, la llegada a Nazaret; el primer miércoles que pasé allí me hiciste entrar, Dios mío, … como criado en el convento de Santa Clara"
(Notas de un retiro en 1897)
A un amigo, Carlos explica cómo vivió en Nazaret:
"Después de mi última carta, de Roma, he pasado cuatro años como ermitaño en Tierra Santa, viviendo del trabajo de mis manos como Jesús, bajo el nombre de Hermano Carlos, desconocido para todos, pobre y gozando profundamente de la oscuridad, del silencio, de la pobreza, de la imitación de Jesús -la imitación es inseparable del amor-, tú sabes esto, el que ama quiere imitar. Es el secreto de mi vida: he perdido el corazón por este Jesús de Nazaret crucificado hace 1900 años y paso la vida procurando imitarle tanto como lo puede mi debilidad."
(Carta a Henri Duveyrier, 1890)
Poco a poco, Carlos descubrió que asumir la misma vida de Jesús en Nazaret es vivir a fondo la experiencia común de la existencia humana y hacerse cercano a los hermanos más alejados.
Está ahora en el Sahara y pone este texto en boca de Jesús:
"Ama, obedece, imita, vive de fe, de esperanza, de caridad. Ama a Jesús, obedécele, imítale, en todos los casos. Fuera de su imitación no hay perfección: y tú, muy especialmente, su imitación es tu vocación, tu deber, tu obligación en todos los momentos de tu vida. Su imitación se ha puesto para ti en todo tiempo a la cabeza de todas tus elecciones, en todos tus retiros, (…) es la directriz de tu vida. Jesús te ha establecido para siempre en la vida de Nazaret: la vida de misión y de soledad, para ti como para Él no son más que excepciones. Practícalas cada vez que su voluntad lo indique claramente. Cuando no sea indicado, vuelve a la vida de Nazaret. (…) Ya estés solo, ya estés con algunos hermanos, (…) toma como objetivo la vida de Nazaret, en todo y por todo con su sencillez y su amplitud, sirviéndote del Reglamento sólo como directorio que te ayude en ciertas cosas a entrar en la vida de Nazaret"
(Diario, 22 julio 1905)
Toda su vida religiosa se modela en el estilo de vida de Jesús, en Nazaret.
“Jesús te ha situado para siempre en la vida de Nazaret: la vida de las misiones y de la soledad no son, para vosotros más que excepciones: practícalas cada vez que su voluntad lo pida con claridad: En cuanto deje de mostrarlo, vuelve a la vida de Nazaret. Desea el establecimiento de los Hermanitos y de las Hermanitas del Sagrado Corazón de Jesús. Sigue su regla como se sigue un directorio sin obligarte a ello como si se tratara de un deber estricto y hazlo solamente en lo que no sea contradictorio con la vida de Nazaret. Toma, ya sea cuando estés solo o cuando estés con otros Hermanos hasta que sea posible vivir la vida de Hermanito y de Hermanita en un Nazaret que tenga clausura, teniendo como único objetivo la sencilla y profunda vida de Nazaret en todo y para todo. No utilices la regla más que como un Directorio que te puede ayudar para ciertas cosas a entrar en la vida de Nazaret (por ejemplo hasta que los Hermanitos y las Hermanitas estén convenientemente establecidos nada de hábito –como Jesús en Nazaret-, nada de clausura –como Jesús en Nazaret- ; nada de vivir lejos de todo lugar habitado, sino cerca de un pueblo -como Jesús en Nazaret-; no menos de ocho horas de trabajo al día (manual o de otro tipo, aunque mejor si es manual siempre que sea posible) -como Jesús en Nazaret- ; ni muchas tierras, ni una casa grande, ni grandes gastos, ni siquiera grandes limosnas, sino pobreza extrema en todo -como Jesús en Nazaret-... Dicho en una palabra y para todo: Jesús en Nazaret. Sírvete del reglamento de los Hermanitos como ayuda para llevar esta vida, como si se tratase de un libro piadoso. Aléjate resueltamente de todo lo que no sirva para la imitación perfecta de esta vida. No te preocupes de organizar ni de preparar la instalación de los Hermanitos del Sagrado Corazón de Jesús: Si estás solo, vive como si fueses a vivir siempre solo. Si sois dos, tres o algunos más, vivid como si no fuerais a ser nunca más numerosos. Reza como y tanto como Jesús, hazle siempre como Él un lugar bien grande a la oración... Al igual que Él, dale un amplio espacio al trabajo manual que no es un tiempo que se le quita a la oración, sino que le es dado a la oración. El tiempo de tu trabajo manual es un tiempo de oración. Recita fielmente cada día el Breviario y el Rosario. Ama a Jesús de todo corazón y a tu prójimo como a ti mismo por amor a Él... Tu vida de Nazaret puede vivirse en cualquier sitio: vívela en el lugar que sea más útil para el prójimo.
(Carnets de Tamanrasset, 22 julio 1905)
Para Carlos de Foucauld, Nazaret llega a ser una manera de vivir la vida ordinaria, común a tantos hermanos con los que debemos mezclarnos fraternalmente:
"Nazaret es el lugar donde transcurre la vida de la mayoría de la gente. Tenemos que respetar infinitamente a los más pequeños de nuestros hermanos… y mezclarnos con ellos. Seamos uno de ellos en la medida en que Dios quiera… y tratémoslos fraternalmente, a fin de tener el honor y la alegría de ser aceptados como uno de ellos."
Carlos de Foucauld le da a la oración y al trabajo manual, un lugar extraordinario en su fidelidad vocacional; eso sí: buscar siempre el lugar más favorable a sus hermanos, a quienes sirve:
“Reza como Jesús, tanto como Jesús, dejando siempre, como Él, un espacio muy grande para la oración. También como Él, hazle mucho sitio al trabajo manual, que no es un tiempo substraído a la oración, sino un tiempo regalado a la oración: el tiempo de trabajo manual es un tiempo de oración. (...) La vida de Nazaret puede llevarse en todas partes: hazlo en el lugar más útil para el prójimo”
(Diario, 22 julio 1905)
Carlos de Foucauld, piensa en la fundación de una congregación religiosa, la de los Hermanitos del Sagrado Corazón. Después de varios Reglamentos, concreta el siguiente donde refleja claramente su opción radical por Jesús de Nazaret:
"Regula tu vida sobre los principios siguientes:
I) Tú eres para siempre Hermanito del Sagrado Corazón de Jesús, en tu residencia o de viaje; en todos los momentos de tu vidasigue siempre el reglamento lo más perfectamente posible.
II) En la duda sobre las decisiones a tomar, piensa:
- ¿Qué habría hecho Jesús en Nazaret?
- ¿Qué aconsejarías a un Hermanito del Sagrado Corazón?
- ¿Qué es más ventajoso para la gloria de Dios, es decir para la salvación de las almas?
- ¿Qué te aconsejaría tu director?
III) No mires nunca tu interés personal; busca siempre únicamente el interés de Jesús, es decir, el interés general de las almas.
IV) Vigílate y corrígete en los puntos siguientes:
- Fidelidad en todo instante al Reglamento de los Hermanitos del Sagrado Corazón.
- Ver en todo humano a Jesús.
- Humilde trabajo manual de Jesús en Nazaret.
- Con tus hermanos perdón, paciencia, esperanza ilimitada, la que tú mismo necesitas.
- Para el bien general de las almas, tienes que hablar con facilidad la lengua tuareg y facilitar su estudio a los que Jesús te envíe.
- Espíritu de pobreza, procurando poseer lo menos posible para ser como Jesús en Nazaret, y para que sólo Jesús sea tu todo.
- Da a conocer poco a poco la moral cristiana y la religión natural, no con discursos largos, sino con cortas palabras, sin salir de la soledad, como María en casa de Isabel y como Jesús en Nazaret.
(Diario, Tamanrasset, 1 noviembre 1905)